TERAPIAS CON CUENCOS TIBETANOS Y DE CUARZO
El sonido se ha utilizado desde hace mucho tiempo con una finalidad que va mas allá de la musicalidad solamente. Hay muchas tradiciones en el mundo que muestran el sonido como una fuerza creadora primordial.
El uso del sonido con una finalidad terapéutica es tan antiguo como el hombre. El ejemplo mas claro y mas cercano a nosotros serian las canciones de cuna que nos tarareaban nuestras madres y abuelas para calmarnos y relajarnos.
Son muchas las culturas y tradiciones en todo el mundo las que han conocido el poder de la música y el sonido como un valioso medio de sanación y desarrollo espiritual.
Tal como los antiguos parecían saber, todo el universo esta en un estado de vibración constante. Cada célula y cada órgano del cuerpo esta continuamente vibrando a una determinada frecuencia. Cuando un órgano ésta sano su frecuencia vibratoria está en armonía con el resto del cuerpo, cuando esta frecuencia se altera, se rompe esta armonía y aparece lo que conocemos como enfermedad.
Con los cuencos de cuarzo y tibetanos conseguimos activar nuestras células dormidas, las vibraciones producidas por los cuencos penetran profundamente en nuestro ser proporcionando una experiencia similar a un masaje muy sutil. Algunas personas describen su experiencia como una gran relajación física y mental. Los cuencos producen desbloqueos en el cuerpo físico y energético por eso se utilizan como herramienta importante terapéutica.
La vibración de los cuencos resuena y armoniza la estructura cristalina presente también en nuestro esqueleto. Consiguiendo efectos positivos en casos de artrosis, problemas circulatorios, piedras en el riñón, depresiones, y multitudes de dolencias.
Según los tibetanos, el sonido de los cuencos metálicos que utilizan, ayuda a mantener la salud física y el equilibrio espiritual. Están compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro y forjados de forma artesanal. La frecuencia de su sonido tiene la capacidad de modificar otra frecuencia, otorgando una vibración saludable y sanadora. Su poder curativo se da logrando que la persona entre en un estado interior más placentero y sienta paz, amainando dolor y sufrimiento.
